El próximo requisito para las luminarias saludables, el Near Infrared (NIR)

La incorporación de infrarrojo cercano en luminarias pensadas para el bienestar humano

Generalmente, cuando se discuten temas de iluminación, el enfoque inicial suele ser sobre los niveles de luz que un espacio requiere, reflexionando si se cumplen o no los estándares normativos en cuanto a cantidad de luz sobre una superficie. Un conocimiento más avanzado indaga en otros aspectos como el deslumbramiento, las diferencias de reflexión de los objetos presentes, las temperaturas de color, entre otros, que generalmente están relacionados tanto con la comodidad visual como con el interiorismo, en el marco de las buenas prácticas de iluminación.

Sin embargo, la ciencia médica, que avanza paralelamente a las nuevas tecnologías y tendencias del mercado y a las demandas de los consumidores, también abarca necesidades surgidas recientemente que han cobrado mayor importancia. Estas necesidades enfatizan los requerimientos de salud vinculados estrechamente con la iluminación, donde lo principal es replicar en interiores la luz solar, no solo en términos del ciclo circadiano sino también replicando los estímulos biológicos que la luz solar genera en nuestros cuerpos.

Esta necesidad de crear ambientes más saludables con iluminación surge de las problemáticas que las nuevas tecnologías generan. El cambio en el estilo de vida ocasiona que, durante las horas de vigilia, pasemos aproximadamente el 85% de nuestro tiempo en interiores, lo que resulta en la privación de contacto con la luz natural. Esto provoca efectos negativos asociados a la ausencia de un ciclo circadiano adecuado en nuestro cuerpo, además de otros inconvenientes biológicos como alteraciones en el estado de alerta, el ánimo y el rendimiento, producto de esta misma privación.

La luz infrarroja ha captado la atención de investigadores. La luz NIR, que abarca desde 750nm hasta los 1100nm, es un espectro de luz invisible al ojo humano pero capaz de penetrar las capas superficiales de la piel, incidiendo directamente en nuestros cuerpos. Representa aproximadamente el 54% de la radiación solar que llega a la Tierra y juega un papel esencial en el mantenimiento de la vida en nuestro planeta.

La relación de la luz NIR con la terapia médica, específicamente la terapia de fotobiomodulación (PBM), se basa en su capacidad para inducir procesos fotofísicos y fotoquímicos a diversos niveles fisiológicos. Se cree que el mecanismo detrás de los efectos beneficiosos de la luz NIR involucra su acción sobre el metabolismo mitocondrial y la activación de fotorreceptores o transportadores en la membrana celular, favoreciendo efectos de curación cutánea acelerada, entre otros.

El estudio “Efectos de la luz infrarroja cercana sobre el bienestar y la salud en sujetos humanos con molestias leves relacionadas con el sueño: un estudio doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo” [1] exploró los efectos de la exposición a fuentes de luz NIR en la fisiología humana, incluyendo los patrones de sueño y respuestas químicas asociadas. Aunque algunos resultados no mostraron cambios significativos entre el grupo de control y el grupo expuesto a luz NIR durante el verano, en invierno, los participantes expuestos a la luz NIR mostraron mejoras en el desarrollo de sus ciclos de sueño y en los niveles de hormonas relacionadas con un descanso adecuado, comparados con el grupo de control.

Una de las implicaciones de este estudio es la importancia de la dosis de luz NIR para obtener beneficios en la salud, lo que sugiere la necesidad de incorporar fuentes de luz artificial que proporcionen este rango de luz en los sistemas de iluminación interior. Esto podría constituir un requerimiento válido en futuras generaciones de luminarias enfocadas en el bienestar humano, marcando un avance significativo en el diseño de soluciones de iluminación que no solo atienden necesidades visuales y estéticas, sino que también promueven la salud y calidad de vida.

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